Cuando estudié Coaching familiar entendí qué era eso de las creencias , como se generan en la infancia y qué impacto tienen en nuestra toma de decisiones y acciones en la edad adulta. Creo firmemente que, como adultos, tenemos la responsabilidad de generar un contexto para que los peques creen el mínimo de creencias limitantes para que puedan accionarse desde el empoderamiento y tengan resultados exitosos y llenos de aprendizaje para su vida en la etapa adulta.
Vamos a ver de qué va esto!
Las creencias son el conjunto de principios ideológicos que desarrollamos los seres humanos. Es una verdad subjetiva, aquello que damos por cierto y que puede venir dada según nuestras experiencias y nuestro contexto cultural, familiar y educativo.
En la infancia es cuando desarrollamos casi todas nuestras creencias que influirán en la toma de decisiones en nuestra edad adulta. Estas vienen determinadas por lo que , sentimos, hacemos, vemos, escuchamos y vivimos, es decir de la información que nos ofrecen nuestros sentidos en contraste de otros aprendizajes.
La información que el infante recibe a través de sus sentidos se mezcla con recuerdos para formar un sistema de creencias único sobre su individualidad y sobre el mundo que le rodea. Por este motivo, es importante ayudarle a que generen el mínimo de creencias limitantes. Lo podemos hacer teniendo presentes nuestras propias creencias y nuestros miedos como madres y a través de una comunicación sana y libre de juicios.
Observa el ciclo poderoso:
EJEMPLOS CREENCIAS LIMITANTES:
• No soy bueno en…
• No puedo hacerlo
• No soy capaz
• No soy suficiente para…
EJEMPLOS CREENCIAS POTENCIADORAS:
• Soy buena en…
• Soy capaz de…
• Voy a intentarlo aunque me cueste
• Se me da bien
Las acciones repetidas son de vital importancia para generar estas creencias. Si una acción se repite de manera negativa, es más probable que se refuerce la creencia limitante, en cambio, si una acción se repite de manera positiva, es más probable que se debilite la creencia limitante y se construya la creencia potenciadora.
Es importante que, como adultos, propongamos escenarios de acción para que puedan darse experiencias diferentes y gratificantes que refuercen creencias potenciadoras.
El lenguaje que utilizamos también es decisivo, así que usar expresiones como: si te apetece puedes volver a intentarlo o busquemos alguna otra manera de hacerlo, pueden ayudar a transformar las creencias limitantes en nuevas creencias.
Potenciar sus habilidades naturales también puede ayudar a establecer creencias que ayuden a la autoestima y a un desarrollo óptimo, para esto es importante la observación directa.
Las creencias son semillas que brotan en nuestra edad adulta, determinan nuestra actitud, proactividad y resultados en cualquier acción que queramos emprender.
Plantar semillitas de amor es parte de nuestra responsabilidad como adultos.
Abrazo fuerte