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Conoce cada etapa evolutiva

Conocer las etapas evolutivas de la infancia nos permite saber cómo están evolucionando nuestros peques y detectar algunos signos de alerta sobre su desarrollo sensorial, físico, cognitivo, motor y emocional, que pueden apoyarnos en nuestra intervención con el objetivo de ayudarlos en su proceso de aprendizaje.

La observación también nos da información súper relevante que nos sirve para situar cada etapa. Así que ojos lo más abiertos posible mamá.

 

Descubrir los avances que van haciendo, nos da la posibilidad de maravillarnos de cómo el cuerpo y la mente son capaces de desarrollarse de una manera tan armónica y preciosa, cada uno a su tiempo, cada uno con sus limitaciones, dificultades, habilidades y potencialidades.

Las clasificaciones en cuanto a las acciones que son significativas en cada etapa, se hacen teniendo en cuenta lo «normalizado» a lo que es más común y  lo natural, según los estudios de psicólogos, pedagogos y doctores especializados en la materia. Si tu peque no hace aún lo que representa que debe hacer, calma, a veces es solo cuestión de tiempo y se trata, en muchas ocasiones, de un proceso madurativo, pero ten en cuenta esta información para poner la antena por si puede haber alguna dificultad en su desarrollo, porque detectarlo de manera precoz, puede ayudaros a adquirir herramientas y a resolver algunas limitaciones, acompañados siempre, eso si, de profesionales competentes.

 

Y antes de empezar con algunas peculiaridades de cada etapa, me gustaría recordaros que los primeros 6 años de vida son importantísimos en el desarrollo de los peques. Es el momento vital donde más conexiones neuronales se realizan y donde más plasticidad cerebral existe, por lo que todos las habilidades que desarrollan y aprenden, serán la base de los aprendizajes posteriores, así que más que nunca, mucha atención, mucha presencia y muchísimo afecto y amor.

Empezamos!

 

Aunque en ocasiones se concibe la niñez a partir del nacimiento, no podemos olvidarnos de la formación del bebé en el periodo intrauterino. Sin ser demasiado técnica, en este periodo es cuando se forman los diferentes órganos del feto hasta conseguir la maduración funcional para poder adaptarse a la vida extrauterina. Es el momento en el que se desarrolla el mayor crecimiento celular, por tanto ya sabemos que debemos cuidarnos muchísimo para que todo se dé de manera óptima. Los mimos, los buenos hábitos, la alimentación, el deporte, una vida sin tóxicos y una buena salud mental y emocional son factores importantísimos que debemos tener en cuenta para un crecimiento adecuado de nuestro bebé.

A partir del nacimiento:

  • De los 0 a los 6 meses: Esta es una etapa en la que son muy visibles los cambios tanto a nivel físico cognitivo y motor. El bebé es un ser dependiente del adulto y por eso necesita un sostén adecuado que le permita cubrir sus necesidades básicas a través de los cuidados y el afecto de la persona de referencia. Necesita al adulto para alimentarse y poder hacer sus primeros descubrimientos sobre el mundo que los rodea iniciando así un largo proceso de aprendizaje que va a extenderse durante toda su vida. Alrededor de los 4-6 meses el bebé empieza a hacer pequeñas interacciones con el adulto y descubre que sus actos implican una reacción (empiezan a sonreír a mamá o papá, extiende los brazos para que lo cojas o hace muecas y saca la lengua, por ejemplo). Se comunica a través del llanto y la sonrisa y más tarde aprende a hacer pequeños balbuceos. A nivel motriz, al principio estará estirado, por lo que tenemos que posibilitar un espacio adecuado para que pueda mantener su postura natural sin forzar (mucho suelo es siempre muy buena opción), para poco a poco  aprender a empezar a levantar un poquito la cabeza y a moverse realizando la mítica croqueta o vuelta, preparando su cuerpo así para el inicio del gateo. Poco a poco empezará a atender a estímulos visuales y sonoros y para esto, existen materiales maravillosos como el pañuelo Pikler, que le ayudará a poner en su campo de visión un material atractivo y le empujará a moverse para poder tocarlo, o pequeños sonajeros con sonidos atractivos para esta etapa.
  • De los 6 a los 12 meses: Esta es una etapa donde se producen descubrimientos maravillosos, aumenta la independencia y se desarrolla la motivación por tocar y explorarlo todo, siendo la boca el principal focos de interés.  El bebé aprende a sentarse y es el inicio, en muchos casos del gateo. Será una etapa donde el movimiento es la principal actividad del niño. Este le hace llegar hacia objetos y lugares que va a aportarle información del mundo que le rodea. Poco a poco, será capaz de empezar a levantarse hasta sostenerse de pie, primero con ayuda de algún soporte y más tarde sin ayuda. La marcha autónoma en general se da a partir de los 12 meses. En cuanto al lenguaje también se  experimentan cambios, es capaz de articular sus primeras sílabas y a nombrar a «mamá», «papá» o algunos objetos de interés. Es momento de inicio de las primeras relaciones sociales. Empieza a ser conscientes de que no está solo en el espacio y puede darse una pequeña iniciación a la interacción a través del contacto. En esta edad el niño suele tener un juguete favorito y aparece también el elemento transicional, que es aquel objeto de apego que le permite autorregularse cuando mamá o papá no está aportándole seguridad y confianza.
  • De los 12 a los 24 meses: Esta etapa sigue aportando al niño descubrimientos sobre el mundo que le rodea y las personas que están en él, además empieza la marcha autónoma, por lo que es capaz de llegar a espacios y lugares donde antes le era más difícil acceder abriéndosele un mundo inmenso para descubrir y además siendo capaz de subir pequeños escalones. A nivel de autonomía, se da cuenta de que es capaz de hacer muchas cosas por si solo aumentando así la necesidad de reproducir actos valientes que van a llevarle a siguientes fases. Es edad de «quiero hacerlo solito» y ayudarle a desarrollar su autonomía le llevará a un desarrollo óptimo de su autoconcepto y autoestima. Aún así alrededor de los dos años (puede iniciarse antes) , suelen darse las temidas rabietas que no son más que un proceso de autorregulación emocional y autoaprendizajes, tanto de los limites que existen en su entorno como de sus limites referentes a habilidades aún por desarrollar, siendo incapaz aún su sistema madurativo de entender ciertas normas. En esta etapa, sigue siendo bastante dependiente del adulto y empiezan a mostrar mucho interés tanto por otros infantes como por los materiales que se le proponen. Los cuentos, las piezas de construcción, las pelotas o el material desestructurado son elementos de interés para esta edad. A nivel del lenguaje, puede darse el inicio de la unión de diversas palabras pero también es habitual que el lenguaje sea poco entendible o que no haya aún lenguaje funcional. Las propuestas de experimentación son ideales en esta etapa.
  • De 2 a 4 años: Esta es una etapa donde el desarrollo social y cognitivo experimentan una gran revolución. Empiezan a interactuar mucho más con los otros niños, se inicia un juego primero paralelo y más tarde compartido. También se inicia el juego simbólico que les ayuda a reproducir situaciones de la vida diaria aportándoles seguridad, empatía y habilidades de comunicación y acción. El lenguaje empieza a desarrollarse cada vez con más fluidez, siendo ya capaz de verbalizar frases y comunicándose cada vez de manera más clara, expresando algunos pensamientos. El juego va desarrollándose cada vez más, atendiendo a diferentes intereses, empiezan a aprender a ir en bicicleta o patinete, a mostrar interés por propuestas creativas y siguen disfrutando de las actividades sensoriales y de experimentación. Se encuentra aún inmerso en la época de las rabietas y es importante que  poco a poco le acompañemos en su momento de regulación para aportarle herramientas que le permitan rebajar el estado de estrés y ansiedad y acceder a la calma integrando así su mundo emocional. Poner palabras a lo que le pasa y ofrecerle alternativas de acción, es ideal para esta práctica.
  • De los 4 a los 6 años: Esta es una etapa donde empieza a hacerse visible su dominio a nivel físico, sensorial, cognitivo y emocional. Es capaz de efectuar acciones motrices como saltar, correr, bailar o trepar, y lo hace con más o menos facilidad. El lenguaje suele ser claro al no ser que haya alguna necesidad o dificultad en el aprendizaje. Es capaz de mantener sus primeras relaciones sociales y se inician las afinidades por unos u otros niños, siendo los intereses,  las aptitudes y el juego colectivo los elementos de unión. Su gestión emocional cada vez es más regulada, aunque aún se encuentran ene l camino inmenso de conocerse, poner lenguaje a lo que siente y actuar para entrar en estado de calma y regulación. El juego simbólico es parte fundamental y empiezan a ser capaces de hacer dibujos figurativos. Muestra curiosidad por las cosas de vida y empieza a hacer preguntas con el fin de encontrar respuestas entendibles para él. Tiene muchísima energía y el movimiento forma parte de su naturaleza, por lo que iniciarse en actividades motrices le ayuda muchísimo a descargar adrenalina, frustración y exceso de energía.

 

A partir de los 6 años cambia la etapa de la primera infancia a la edad escolar donde pasan otros muchísimos aspectos que ayudan a configurar la personalidad del niño, siendo la base siempre los aprendizajes adquiridos en las etapas anteriores.

Qué importante acompañarlos y disfrutar de todo lo que son capaces de hacer. Somos para ellos un puente entre la vida y su desarrollo.

Espero que os ayude este post.

Lo maravilloso de la infancia es que cualquier cosa es en ella una maravilla. (Gilbert Keith Chesterton)

Abrazo fuerte

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