¿Qué es, herramientas y cómo podemos acompañarlos mejor?
La autorregulación es la capacidad que tenemos los seres humanos (en este caso la infancia) de entender y gestionar las emociones dándoles una salida o respuesta adecuada. Es un proceso que se va adquiriendo poco a poco dependiendo del contexto educativo, las habilidades y destrezas de cada infante. Hay peques que necesitan más ayuda para aprender a controlar sus emociones y resistirse a conductas reactivas o compartimientos impulsivos, así que, es responsabilidad del adulto que le acompaña, encontrar herramientas para facilitar este proceso.
Cuando se presentan dificultades para entender, transitar y controlar las emociones, hablamos de desregulación. La desregulación puede presentarse de diferentes maneras:
- Reacciones desmesuradas
- Conductas reactivas
- Falta de inhibición y respuestas impulsivas
- Arrebatos y angustia
- Malestar
- Otros
Normalmente, cuando los niños y niñas están creciendo pasan por diferentes fases de autoconocimiento y desregulación. En mi opinión, son fases necesarias para integrar todo el volcán emocional que llevamos dentro los seres humanos.
Aunque normalmente se trata de temporadas puntuales, hasta que se generan nuevas pautas de acción y se integran salidas normalizadas a las emociones, hay peques a los que les cuesta más regularse por motivos diferentes.
Nuestro poder reside en acompañarlos a que aprendan a manejar las emociones y los impulsos que estas generan, mostrándoles opciones de expresarlas de manera efectiva, ya sea a través del lenguaje o del cuerpo. En el caso de que todavía no tengan adquirido el lenguaje oral, o presenten dificultades, podemos ofrecer pictogramas o dibujos para que seleccionen la emoción que sienten y así, poco a poco, vayan integrándola junto a una respuesta adecuada. Nosotros somos la referencia, así que también es importante la manera en cómo gestionamos nuestras propias emociones
Es importante ofrecer herramientas para el autoconocimiento emocional ya que es esencial que identifiquen, integren y sientan cada emoción. Además proponer espacios de calma, donde pueda fluir la comunicación y momentos para la reflexión.
A mi me gusta dar espacio para dejar ir, siempre dentro de unos límites, y sostenerles a través de la respiración, el contacto físico y momentos de contacto con la naturaleza. Como sabéis, también soy muy fan de la Emotional table de Amorquealimenta, es un recurso excepcional.
Además los aceites esenciales también nos ayudan muchísimo en cuanto a gestionar todo el proceso. Los aceites invitan a parar, sentirte, identificar la emoción y a darle una salida desde el amor. El aroma, que va directo al sistema límbico, se encarga de anclar, subir a la conciencia o disipar la emoción que deseemos trabajar, y esto con los peques es una maravilla.
Para acabar, dejo por aquí algunos puntos clave que a mi me funcionan y siempre los expando a todas las familias que me preguntan sobre este tema:
- Toma la autorregulación como un proceso natural del desarrollo infantil
- No te tomes las conductas impulsivas como algo personal
- Invierte tiempo en investigar sobre herramientas que te ayuden a acompañarlo mejor
- Cada infante tiene sus tiempos y hay que respetarlos
- Observa los resultados, cada día es un pasito más hacia la autorregulación
Abrazote