Muchas de vosotras me preguntáis que es lo que hago exactamente en la escuela, a algunas os interesan las funciones de la figura de la psicopedagoga y otras tenéis interés en saber en qué me he formado para hacer lo que hago ahora y cual ha sido mi trayectoria, así que he decidido dejarlo por aquí por si a alguna le puede inspirar mi historia.
Os explico un poquito:
Me forme como educadora infantil y después hice la carrera de magisterio y durante muchos años trabajé como tutora de aula, primero en escuelas 0-3, más tarde pasé a parvulario y finalmente en espacio familiar hasta que decidí emprender mi proyecto personal. Desde el inicio sentí muchísimo interés por la primera infancia y siempre me he estado formando de manera muy activa porque creo profundamente en la formación como herramienta de revisión profesional y mejora. Así que poco a poco fui extendiendo mi mirada hacia el acompañamiento familiar con formaciones como la de educadora de portabebés, masaje infantil, coaching familiar, diseño de espacios, terapia familiar sistémica y finalmente psicopedagogía, entre otras muchas de esas que caen cada curso en formato formación permanente.
La psicopedagogía me abrió la puerta a entender los acompañamientos a las familias de una manera más holística, poniendo el infante en el centro del sistema familiar y comprendiendo su evolución como parte del desarrollo de un contexto. Acompañar a las familias a entender el desarrollo evolutivo de sus hijos y darles estrategias para el día a día en la crianza, es uno de los aspectos que más me emociona de mi trabajo. Y siento que no es solo consecuencia de haberme formado en psicopedagogía, sino que lo que estoy desarrollando ahora, es parte de mi aprendizaje de años trabajando en las aulas, de toda la formación que he hecho hasta ahora y de cierto desarrollo personal y espiritual que también me ha dado herramientas personales para las relaciones, para la comprensión, para poner limites sanos, para la gestión emocional y la compasión.
En las escuelas, este, es la punta del iceberg de mi práctica diaria. Es la parte quizás que más se ve. Las sesiones con las familias para ayudarles a abrir la mirada, a entender que hay alternativas diferentes a las que están utilizando y a veces, a dar un poco de luz en momentos en los que la oscuridad se apodera de nosotras como madres y padres, pero sobre todo a escuchar mucho.
Mi día a día se basa también en entrar a las aulas y esto me encanta! entrar a las aulas es ver la REALIDAD, es entender al infante, es entender a la maestra, es cuestionar la práctica y el sistema, es buscar alternativas, es reestructurar el juego y los materiales. Es sobre todo ayudar, en la medida que puedo, a las maestras y a los infantes. Y esto es PRECIOSO. Cuando entro al aula observo a los infantes y las dinámicas que se crean y esto me da mucha información sobre cada uno de ellos para después también, poder acompañar mejor a las familias.
Además parte importante también de mi trabajo en las escuelas, es detectar aspectos que puedan ser susceptibles de una observación por parte de un profesional externo y que pueden derivar a posibles necesidades educativas especiales de algunos infantes. Las maestras son, en este caso, mi guía, porque ellas también son las que están cada día con los niños y las niñas, y por tanto un elemento calve para mi y mi trabajo. Toda la admiración hacia ellas.
Cuando detectamos aspectos que nos llaman la atención, hago una observación sistemática y detallada que me permite verificar si son infantes que necesitan ser derivados a un especialista , y en el caso que sea así, hacemos la derivación a atención temprana desde la escuela, dando pautas, estrategias y herramientas para que la familia pueda ir acompañando al infante en aspectos que van a posibilitar mejoras en su desarrollo.
Y como colofón final, que también es algo que me encanta y que además me hace aprender muchísimo, son las coordinaciones con las profesionales externas. Me gusta entender esa mirada más clínica y extraigo muchísima información interesantísima de estas reuniones de trabajo conjunto.
Me parece maravillosos que las escuelas 0-3 apuesten por este recurso en las escuelas. Creo que es muy necesario ahora que además sabemos que el índice de infantes con necesidades está elevándose cada curso un poquito más. Además de la importancia de la detección y l intervención en edades tempranas.
Y ahora, ya sabéis que ando trabajando en mi comunidad el Rusc con mi compañera Laia en llevar poco a poco a las escuelas la aromaterapia como herramienta de apoyo y de bienestar, y esto me hace inmensamente feliz.
Me encanta que me preguntéis, así que no os cortéis, estaré encantada de explicaros un poquito más sobre mi trabajo en las escuelas y sobre esta preciosa comunidad de profesionales que estamos creando.
Un abrazo y feliz Noviembre